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Detectives para comportamiento de hijos

 

La adolescencia es para muchos padres el periodo más difícil en la educación de los hijos o hijas ya que se ha dejado de tener el control sobre éstos, de forma que cada vez son más autónomos e independientes, y muchas veces el problema no está en cómo ayudarles sino en qué ayudarles. No obstante, la falta de comunicación, en mayor o menor medida, entre los padres o tutores y los menores puede a menudo ser un factor de riesgo para la relación familiar durante ciertas etapas, como la pubertad o adolescencia, en el desarrollo del menor. 


El detective privado investiga todas aquellas conductas de los hijos, sean menores o no, para esclarecer cualquier problema en el que el éste haya podido encontrarse sumido en situaciones como podría ser el absentismo escolar, el consumo de sustancias adictivas (alcohol, drogas, etc,) u otras adicciones, amistades o relaciones sentimentales problemáticas, etc. Se trata de proteger a los hijos, el patrimonio o la salud

La recomendación es estar atentos a las siguientes conductas: cambios en hábitos alimenticios y de sueño; aislamiento de las amistades, familia y actividades regulares; uso de drogas o de alcohol; frecuentes problemas de salud como fatiga o malestar general sin motivo; descuido en su apariencia general; percepción negativa de sí mismo; aburrimiento; falta de motivación e interés por las cosas que antes lo divertían; cambio notorio en la personalidad (pesimismo y pensamientos tristes); dificultad para concentrarse, baja calidad en las tareas escolares; ideas de muerte y de suicidio; etc.

En ocasiones los menores pueden verse inmersos, bien por la presión ejercida por sus grupos de iguales, o por la necesidad de obtener dinero que permita afrontar algún tipo de adicción, en peligrosos círculos de delincuencia en cuanto a lo que su desarrollo personal y social se refiere, sin olvidar las graves repercusiones legales que pudiesen llevar aparejadas sus acciones. En estos casos, se hace muy importante para la familia tener completa información de cuantas actividades puedan estar protagonizando los menores a su cargo cuando éstos se encuentren fuera del alcance familiar o de su entorno educativo, y poder tomar así las decisiones más convenientes, encauzadas a ayudar a evitar lo que podría originar un fracaso dramático a nivel personal.

Por otra parte, cabe destacar también las obligaciones legales familiares en cuanto a dotar al menor de una educación y formación. En aquellos casos en los que la comunicación con el menor es inexistente, los detectives privados podemos colaborar con las familias para detectar situaciones de absentismo escolar constatando aquellos comportamientos que puedan perjudicar en su desarrollo educativo al menor. Cabe insistir al respecto sobre la existencia de distintas sentencias que condenan a los progenitores por entender que se ha producido un abandono en cuanto a sus responsabilidades y permitido el absentismo escolar.

Otra de las investigaciones muy comunes en lo que a menores se refiere son las encauzadas a la verificación de las relaciones o amistades que tiene el menor, sobre todo cuando éste ha sufrido un importante cambio en su carácter, de forma repentina, y acompañado en ocasiones de una serie de comportamientos violentos. Cuando los padres detectan esta situación, y no disponen de vías de comunicación, los detectives privados podemos realizar una investigación al objeto de obtener información sobre aquellos posibles problemas en los que pueda estar sumido su hijo o hija.

No cabe duda de que la etapa de la adolescencia representa una fase de experimentación. Lo que supone, en ocasiones, el consumo de todo tipo de sustancias como pueden ser drogas y alcohol.  Este estadio, que para la mayoría de los jóvenes transitorio cuando no anecdótico, puede degenerar para otros muchos jóvenes en un estancamiento personal, haciendo del consumo de drogas un peligroso hábito permanente. Por tanto, es de vital importancia poder detectar estos hábitos a tiempo, de forma que permita a los progenitores o tutores poder adoptar cuantas medidas oportunas y obviamente necesarias, sirvan para auxiliar al menor. Cabe mencionar la posibilidad de que el menor se inicie en la venta de determinadas sustancias o drogas al objeto de poder financiar su propio consumo, algo que puede acarrear importantes consecuencias penales.


En resumen: obtenemos pruebas sobre aquellos comportamientos que perjudiquen directa o indirectamente a los menores a nuestro cargo, para así con las convenientes pruebas, dar cumplida respuesta al deber de custodia de los padres o tutores de los mismos.